lunes, 28 de septiembre de 2015

EL TREN

María cogía su tren muy temprano, para hacer los kilómetros que separan la ciudad de  Ávila de Madrid, donde trabajaba hacia años en un hospital como celadora.

Ella generalmente iba leyendo un libro, en un ebook, regalo de una muy buena amiga. Devoraba todo lo que le parecía interesante y de su gusto, sobre todo de suspense e intriga, de modo que no hacía mucho caso a lo que ocurría a su alrededor.Pero aquella mañana fue diferente, cuando entro en el vagón vio una cara que le resultaba muy familiar pero no sabía exactamente de que conocía a aquel chico delgado y canoso, entrado ya en años por lo que parecía, aunque muchas veces las canas no aparecen cuando envejeces pensó si no en ocasiones mucho antes. 
Trato como cada mañana de concentrarse en su lectura, pero no le podía quitar ojo a aquel chico canoso  que había visto al entrar, de modo que como no podía concentrarse, dejo su lectura y se entretuvo en el paisaje, así intentaría no pensar en quien era aquel chico que le resultaba tan familiar con una sonrisa especial, lo había visto sonreír en dos ocasiones, en las miradas furtivas que le hacia sin que se diera cuenta él chico en cuestión durante el trayecto. 
Se quedo pensando, si acercarse y decirle que sabía que era alguien conocido pero que en ese momento no acertaba a adivinar quien era, pero ciertamente no había sido nunca una chica muy lanzada, de modo  pensó que no preguntar era lo mejor. 
Pero mira tú por donde, al bajar del tren fue el chico en cuestión el que le cedió el paso para bajar del tren y así con esa excusa le pregunto quien era, y él tan amablemente y con la sonrisa que le caracterizaba, que ella no sabía si se iba a desmayar en ese momento, jeje, le dijo que se trataba de Sergio Dalma, y a ella solo le salio un gracias muy tímido y debío de ponerse colorada, porque solo contesto"de nada pero no es para que se te pongan esos colores" y así con unas risas, llegaron los dos juntos a la salida de la estación de Atocha, donde cada uno tomó  su camino, eso si con la esperanza de que alguna mañana mas de camino a su trabajo se lo volviera encontrar en su vagón y le pidiera por favor algún autógrafo, ya que según había oído nunca dejaba de atender a la gente que se le acercaba. 
MARIA TERESA 
SEPTIEMBRE DEL 2015

1 comentario:

  1. ¡¡¡Un relato de una gran fan a Sergio Dalma!!! Espero que le llegue y que le guste. Seguro que las Dalmáticas se encargarán de ello. Besitos

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