martes, 27 de octubre de 2015

LA NOCHE DE LAS MASCARAS

LA NOCHE DE LAS MASCARAS

Finales de febrero, un pueblo de la mancha, Alpera,  donde como cada año celebraban el Carnaval. La noche del sábado era típico el concurso de mascaras y el baile, al cual solía acudir todo el pueblo, era quizás junto con el desfile del día siguiente por la mañana lo que mas éxito tenía.
Aquel sábado ocurrió algo que no había producido jamás, hubo un empate en el concurso, dos mascaras habían quedado seleccionadas como las mejores, pero lo que iba a ocurrir depuse nadie podía imaginárselo.
La mayoría de la gente se puso a bailar, pero los dos ganadores de aquel evento abandonaron el lugar eso si, sin sospechar el uno que el otro mas tarde iría en su busca.
A eso de las dos de la mañana y no muy lejos del centro del pueblo, se oyó a la gente gritar, y la música paró, todos se arremolinaron en una calle de las calles del casco antiguo y es que uno de los ganadores de aquel concurso yacía en medio de un charco de sangre, y alguien pedía ayuda. Nadie sabia decir muy bien qué es lo que exactamente había ocurrido, un chico joven fue el que se encontró al hombre ensangrentado y ya no sabía más.
La gente sospechaba que había sido el otro ganador el que le había apuñalado, de modo que un grupo se fue en su busca mientras el resto acompañaban a la ambulancia hasta el centro de salud más próximo para atender al herido.
Lo buscaron por todo el pueblo, hasta en la ermita de la virgen por si se hubiera refugiado allí o en las cuevas que lo rodeaban pero después de una larga búsqueda, que se alargo hasta bien entrada la madrugada, nadie dio con el presunto culpable: se había esfumado, de modo que nadie tenia duda de que había sido él el que había intentado acabar con la vida del otro resultante ganador.
La guardia civil dio aviso de que buscaran por los alrededores, pero no obtuvieron resultados hasta que pasados dos o tres días, con mascara incluida, se entregó en el cuartel de la guardia civil, pero cual fue la sorpresa para la guardia civil, que detrás de aquella mascara no se escondía un hombre, si no una mujer, una mujer que no era conocida en el pueblo.
El herido se recuperó  y cuando le contaron que habían detenido a su agresora no daba crédito a lo que oía, ¡era una mujer quien se había atrevido a darle aquella puñalada que casi acaba con su vida! Y es que detrás de una mascara nunca se sabe quien ni qué  clase de persona se puede esconder.
TERESA
OCTUBRE 2015



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