jueves, 14 de enero de 2016

EL SILENCIO

EL SILENCIO

Adrián buscaba siempre la soledad de su olmo, allí en el campo donde vivía con sus padres, y siempre lo acompañaba un folio y un lápiz donde dibujaba, pintaba o simplemente escribía lo que sus pensamientos le transmitían.
Desde allí arriba se contemplaba unas vistas maravillosas, la belleza del campo lleno de olivos, almendros, naranjos y limones, y a lo lejos una huerta donde cada tarde iba a recoger tomates, pepinos, lechugas y una variedad de verduras que luego su madre cocinaba tan bien como solía hacer siempre.
Un día su silencio y su soledad se vieron  rotos por el tarareo de una joven que paseaba con un perro, un perro que no le dio muy buena espina, pero a pesar de ello no quiso tener miedo.
La joven al ver al muchacho, solo acertó a decir un hola que casi no fue perceptible por Adrián y él contestó del mismo modo. Cuando la muchacha se hubo marchado se preguntó de dónde habría salido aquella joven que realmente tenía los ojos más bonitos que había visto nunca, azules como el cielo, fue un instante fugaz pero lo suficiente para poder fijarse en ellos.
Regresó a casa, con el deseo de que al día siguiente volviera aparecer aquella chica con su perro y pudiera volver a contemplar aquellos ojos que, junto al paisaje, formaban una belleza maravillosa.
Y así fue, al día siguiente la muchacha apareció y se le acercó, esta vez sin su perro, y aquello a Adrián le tranquilizó bastante. Entablaron conversación enseguida, y se hicieron amigos, prometiendo que cada tarde se encontrarían en aquel olmo que tanto les gustaba a los dos, ya que estaban de acuerdo en que las vistas eran preciosas.
Pero poco duro la compañía de Laura, aquella joven que rompió el silencio de Adrián. Una tarde le comunico que a su padre lo trasladaban de ciudad, era guardia civil, y hasta ahora habían vivido en la finca que tenía su abuelo, pero que tenía que marcharse, y así Adrián volvió a ser conquistado de nuevo por el silencio y la belleza del paisaje,  día tras día con la esperanza dada por Laura de que alguna vez volvería.

TERESA
ENERO 2016

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